Las Rosas, Julio 2010 - N° 164
Publicado 05 de Julio, 2010
POR FRANCO COLAMARINO / FOTOS: FACU AGUILERA MOLLARD
Con el éxito de “Carancho” en los cines y con su transgresor papel en “Para Vestir Santos”, la actriz disfruta de su gran momento laboral: “ahora me estoy posicionando más en la actriz que hace algunas cosas como productora”.
“Pienso que uno en su propia vida se cruza con muchos caranchos en la vida, caranchos que te vampirizan y tratan de sacarte todo y no te dan nada. Uno en la política, en la vida, en lo que sea, se va cruzando con esa gente que vive del dolor ajeno”, afirma la actriz y productora que en estos días vive la felicidad de su última película que superó el medio millón de espectadores y de su personaje en el unitario “Para vestir santos”. Madre de Mateo y esposa del cineasta Pablo Trapero (con quién además comanda la productora Matanza Cine), Martina se ha venido ganando su nombre propio a fuerza de dos logrados protagónicos en la pantalla grande.
1) Te has acostumbrado a un rol que no se da en el cine tan comúnmente, que tu marido dirija, que vos seas productora, que seas la actriz protagónica y que de golpe estén cruzando y rompiendo los tabúes del cine comercial y el de autor, ¿No?
Ese era un poco el desafío, me parece que Pablo, como director, desde su primera hasta su sexta película siempre va por más. Si bien todas sus películas tienen como una línea, una impronta, una mirada que la va manteniendo a lo largo de sus películas, siempre se va proponiendo desafíos diferentes. Y en “Carancho” había un desafío que tenía que ver con el género policial negro, un desafío que tenía que ver con una historia de amor, un desafío que era volver a trabajar juntos después de “Leonera”, un desafío que era trabajar con un actor como Ricardo (Darín). Justamente uno de los objetivos más grandes de Pablo era que a los tres minutos de película vos te olvides de que Ricardo es Ricardo y que puedas creerte que es una historia de amor entre Sosa y Luján, y que te embarques con ellos en la aventura que estos personajes viven.
2) Y al margen de los temas de coyuntura que son muy comunes en Trapero, hay una habilidad en ustedes en contarlo y que se transforme en una historia…
Pablo por lo general tiene mucho interés en trabajar con lo que tiene que ver con un contexto social, como contar un contexto desde una historia cotidiana, digamos mechar esas dos cosas. Hay como un contexto claro que tiene que ver con el conurbano bonaerense, de “la matanza”, los accidentes de tránsito, la mafia que hay alrededor de esto, la reflexión sobre esto, la reflexión sobre los hospitales públicos y al mismo tiempo en vidas cotidianas. En una médica con un abogado, una historia de amor en este mundo sórdido, esa es la combinación o la conjunción que me parece que logra mechar Pablo en sus películas y que en “Carancho” es una en las que más ha afilado.
3) ¿Cuáles fueron las claves para que ustedes pudieran ir armando algo sólido a nivel artístico y también ejecutivo?
Me parece que enfocamos a todas películas que tienen como improntas muy particulares. En “Matanza” tenemos directores que son muy distintos, o sea, la mirada de Pablo no tiene nada que ver con la mirada de Albertina Carri, con la mirada de Ezequiel Acuña o documentales que hemos hecho. Son miradas muy diferentes pero todas las películas o todos los directores tienen como una impronta personal muy fuerte, de autor, entonces me parece que eso es un poco el eje como productora: hacer películas que tengan fortaleza en su mirada, que tengan algo que trasmitir y que contar, dentro de la particularidad de cada director.
4) ¿La parte profesional la fuiste acercado vos? Contabas que cuando conociste a Pablo entrabas a las oficinas y todo era un desastre. ¿Hay un toque de mujer detrás de todo este arreglo del caos?
Pablo es muy profesional, es muy caótico pero es muy profesional, tiene muy claro lo que quiere, pasa que lo que hace que por ahí enloquece a todo el mundo dentro de ese caos en el que él está, como ese caos creativo. Por ahí mi rol era más de contención, de orden, pero tiene como una mirada de Pablo superobjetiva, una mirada más allá. Es decir, trabajamos como muy juntos desde que construimos la productora en el 2001.
5) Probablemente son más los pros que las contras de trabajar con afectos, pero ¿Cómo hacen después para desenchufarse de todo un día?
Nunca nos desenchufamos, o sea, no te desenchufás. La verdad es que con Pablo nos conocimos trabajando y no sé cómo es estar en pareja con él sin trabajar juntos, no sabría cómo es esa parte. Pero no te desenchufás, es súper intenso, pero a la vez es muy enriquecedor, porque también conocerte tanto también hace que uno pueda alimentarse o acompañarse de una forma que también está bueno, es muy intenso, es como una doble vida que está buena.
6) Estoy seguro que para tu último protagónico no tuvo que convencerte, pero le debió haber costado decirte “Martina volvé a actuar” después de tu experiencia traumática en castings (risas)…
Sí, estaba muy posesionada en el lugar de productora, aunque tengo más formación como actriz, tengo más experiencia laboral como productora. Me costaba bastante esta idea de volver a la actuación, pero a la vez me daban ganas o sentía como que había algo en lo creativo con respecto a la actuación que tenía ganas de volver a explorar. Siento como que en estos diez años para atrás por ahí estuve más posicionada en el lugar de productora haciendo algunas cosas de actuación y por ahí ahora me estoy posicionando más en la actriz que hace algunas cosas como productora. Está cambiando un poco eso, son dos partes mías súper importantes, ahora me toca funcionar en un lugar y en otro momento de mi vida fue en otro.
7) En alguna entrevista habías dicho que tenías una fobia a la actuación, ¿Era así?
En realidad no era una fobia, pasa que yo estudio actuación desde los siete años, mi papá es profesor y director de teatro, mi tío es escritor, todo como un mundo artístico donde “la nena va a ser actriz” desde muy chiquita. En un momento la nena se reveló, como todos hacemos en algún momento, empecé con un par de castings en los que me encontré con algo que no era mi idea de la actuación, no era lo que quería de la actuación. Y ahí dije “no quiero actuar”, en realidad quiero algo más con la organización y ahí me derivé por la producción. Estuve muchos años metida en eso, hasta que encontré mi forma de ser actriz, lo que a mí me había acercado realmente a la actuación, que tenía que ver como con esta posibilidad de experimentar los personajes, de investigar, de profundizar. Esta posibilidad del actor como de ser un vocero, de ponerse en los pies de un personaje, esta cosa de poder vivir un montón de vidas en una y poder como contar esas vidas, comunicar esas vidas a otros y eso está bueno.
8) Esa investigación previa, esa experiencia que mantenés tan fuerte con la vida de tus personajes, ¿Hace que en cierta forma ellos sigan viviendo intensamente, que te queden partes de ellos?
Absolutamente me quedan, de Julia y de Luján me quedaron un montón de cosas. De las dos películas me quedó como una necesidad muy fuerte con “lo social”, de hacer algo, incluso me anoté para estudiar psicología, así que soy estudiante universitaria a los 31 años. Tengo muchas ganas de trabajar con grupos con determinadas problemáticas: adicción o violencia familiar. Tengo ganas de hacer algo en un futuro, sin dejar lógicamente la actuación, pero surge esa necesidad de poder usar mi capacidad de producción para la vida real, digamos, esto que hago en las películas poder trasladarlo a la vida real y seguir aparte construyendo personajes. Todo esto me modificó la noción de la vida y de la muerte, la energía de estar diez o doce horas con un equipo al frente tratando de salvarle la vida a un tipo y la energía de cuando ese tipo se salva o la energía de cuando un tipo se muere. Ver que pasa con eso y que le pasa a la gente, es muy fuerte, muy raro.
9) Tu idea de la actuación hasta este personaje en “Para Vestir Santos” excluyó a la televisión…
Todos los formatos me interesan como para experimentar, el formato de la tele llega a un tipo de gente, el del teatro a otro y el del cine al suyo, son todas llegadas. El tema para mí siempre fue saber cual es el proyecto, cual es el personaje. Ahora con Polka y “Para Vestir santos” me pasó que la propuesta me gustó, son siete capítulos, es algo muy concreto, dirigida por (Daniel) Barone, escrita por (Javier) Dualte, todo como perfecto y cuidado. A la vez sentí que es un personaje al que yo le puedo aportar y también puedo comunicarlo o trasmitirlo a un montón de gente. El objetivo del actor es comunicar, es trasmitir y eso está buenísimo.
10) Recién hablábamos de todo lo que cambiaste a raíz de tus personajes, pero viendo algunas fotos en tu facebook y tus post, ¡No parás de hablar de tu Mateo!
(Risas) Es cierto, la maternidad me cambió todo, me cambió el concepto de la prioridad principalmente. Mi prioridad claramente es Mateo, o sea, pase lo que pase, si hay algo en lo que Mateo me necesita, todo lo demás pasa a un segundo plano, esa cosa de vivir tu vida mediatizado también a través de tu hijo. La maternidad para mí, incluso muchas veces lo converso con Pablo, es que estés haciendo lo que estés haciendo siempre en algún lugar estás pensando en tu hijo. Por ejemplo, sé donde está Mateo en este momento, sé que va a comer hoy, sé quien lo iba a buscar, como un montón de cosas. Esa cosa de cómo tu cabeza se te fragmenta y hay como una parte de tu cabeza que siempre está con tu hijo, eso es muy loco.
18 MAY 2010 , diario LA RAZON:
BUENA RECEPCION PARA "CARANCHO"
Cannes no los deja de aplaudir
Pablo Trapero, el director, y Martina Gusmán, la protagonista, presentaron el film en la sección "Una cierta mirada". En sus dos proyecciones, ambas a sala llena, hubo aplausos y también elogios de parte de la prensa.
Excelente película, no soy mamá aún... pero me llegó al corazón!
ResponderEliminarBesos Martina!